Mi testimonio de regreso a la Iglesia Católica (versión corta)
Es una larga historia pero tratare de ser breve. Es una historia simple pero sin embargo no es fácil de contar. Como en toda historia hay tristeza y hay felicidad. Volver a la Iglesia Católica después de ser Bautista por casi 20 años no fue tanto dejar o abandonar lo que ya tenía (mi relación personal con Cristo, las Escrituras, el deseo de enseñar a otros la Palabra, evangelizar, etc.), sino más bien ha sido completar mi fe Cristiana con los Sacramentos, los Padres de la Iglesia, la Tradición Sagrada y el Magisterio de la Iglesia (autoridad para enseñar doctrina).
Nací y crecí en Tijuana, México, mis padres me criaron como Católico y trataron de enseñarme la Fe lo mejor que pudieron. Recibí mis clases de catecismo para niños para prepararme para mi «Mi Primera Comunión», y ser confirmado en la Fe (1990). Creía en Jesucristo pero no conocía a profundidad mi fe católica.
Mi familia estaba pasando por muchas dificultades y realmente no estábamos practicando nuestra fe católica, y en mis años de adolescencia me hice un joven rebele y con muchos problemas emocionales.
Gracias a un vecino que recientemente se había hecho Evangélico empecé escuchar más acerca del amor de Dios al enviarnos a Jesús a morir por nuestros pecados (1995). Incluso llegue a asistir con él al templo Evangélico por alrededor de unos seis meses, y trataba de conocer más a Dios, oraba pidiéndole que me mostrara su voluntad, que me salvara y que me ayudara a entregarme a mas Él. Recuerdo que hubo cambios en mí vida, pero al mismo tiempo aun me sentía atraído por el mundo y sus vanidades, y además los problemas en mi hogar seguían, y llegó el día que decidí ya no asistir al templo Evangélico para irme a experimentar las vanidades del mundo. Fue un tiempo oscuro ya que le di la espalda a Dios y había comenzado a enredarme en el engaño del pecado, hundiéndome cada vez más en depresión y soledad.
Un día estando yo solo en la soledad de mi hogar sintiéndome terriblemente solo y miserable, estaba contemplando mi rostro en el espejo cuando de repente de una manera inesperada e inexplicable pude ver en mis ojos mi pobreza spiritual y lo bajo que había caído al haberle dado la espalda a Dios, y fue como que si en un instante me hubiese pasado mi triste vida por la mente y al final de este lapsus o destello, solo podía pensar en una sola cosa: ¡Jesucristo, necesito a Jesucristo! (Me sentía quebrantado y arrepentido). Salí de mi cuarto para ir con el vecino Evangélico, le dije que estaba cansado del pecado en mi vida y que deseaba entregar mi vida a Dios. Esa noche le pedí perdón a Dios y le dije a Jesucristo que le entregaba mi vida sin reservas; mi vida cambió drásticamente, nunca volví a ser la misma persona.
Al poco tiempo de tener esta experiencia de conversión a Dios en mi adolescencia (1998) rápido me di cuenta de que había muchas denominaciones diferentes y me llamo la atención pero no le di mucha importancia, pues solo quería conocer más de la Biblia y servir a Dios. Escuchaba comentarios negativos sobre la Iglesia Católica, que eran idolatras, que la misa era una blasfemia, que no creían en la Biblia, etc. Solo supuse que esos comentarios eran verdad, pero nunca investigue realmente, y decidí quedarme en la iglesia Bautista a la cual pertenecía mi vecino. Con los años tuve contacto con dos libros Católicos que me impactaron mi caminar Cristiano: La Imitación de Cristo de Tomas de Kempis, y Las Confesiones de San Agustín; encontré mucha sabiduría espiritual en ellos y me ayudaron a madurar.
De niño había escuchado la historia San Francisco de Asís y me impresionó su entrega total a Cristo. Estas cosas me hicieron darme cuenta de que en la Iglesia Católica había riquezas espirituales, y aunque no lograba entender cómo era posible que si la Iglesia Católica estaba tan mal tuviera tantos hombres que vivieron en santidad y que escribieron cosas tan hermosas sobre Dios y la vida espiritual.
De 1998 al 2016 permanecí en la iglesia Bautista sirviendo en la limpieza del templo, voluntario en las actividades, ujier, como maestro de niños, de adolescentes, predicando y enseñando la Biblia. Fui asistente de pastor (2007), director de un instituto bíblico e incluso mi esposa y yo fuimos misioneros en San Diego California por casi dos años (2010-2012) donde estábamos comenzado una iglesia bautista hispana.
Tiempo después (2014) por «accidente» encontré en YouTube el testimonio de conversión de Eduardo Verastegui (https://youtu.be/AiJjyRDsczU), al escucharlo me identifique con su momento de conversión, aunque me di cuenta que él era Católico, recuerdo que pensé: «seguramente le predicó un Protestante», pero me di cuenta que no fue así, ya que le predico una mujer Católica. Después pensé: «seguramente que fue pura emoción y ya se regresó al mundo», y después de investigar, me di cuenta que no era así, sino que al contrario Eduardo vive una vida consagrada a Dios.
Lo anterior despertó mi curiosidad y decidí estudiar el Catolicismo y la historia de la Iglesia solo para demostrar que el Catolicismo estaba en «error». Empecé a escuchar debates de Protestantes vs Católicos, comparando los argumentos de las dos posiciones, la verdad pensé que los Protestantes ganarían con facilidad, pero pronto me di cuenta que los Católicos tenían razón en algunas cosas.
La Eucaristía fue una de esas cosas, (¡no lo podía creer!). Decidí empezar a leer a los Padres de la Iglesia (Policarpo, Ignacio de Antioquia, Irineo de León, etc.), y ellos hablaban de la Cena del Señor, no como un símbolo, sino como el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Los Padres de la Iglesia hablan de Obispos, Presbíteros y Diáconos, y su forma de hablar no sonaba para nada Bautista, sino muy Católica. Después decidí estudiar la Reforma Protestante, los escritos de Lutero y Calvino, y poco a poco descubrí que nadie había creído en «Sola Fide» (Solo la Fe) o en «Sola Scriptura» (solamente la Biblia) por más de 1500 años hasta que Lutero empezó con sus nuevas ideas.
Esta experiencia no fue nada fácil para mí, había momentos en que reaccionaba con frustración y quería ignorar todo lo que estaba aprendiendo y solo continuar siendo un simple Bautista y evitarme «Dolores de cabeza». Pero aún tenía muchas dudas y objeciones contra la Iglesia Católica (los santos, el purgatorio, los sacramentos, la veneración de María, etc.).
Decidí comprar el Catecismo de la Iglesia Católica para entender exactamente lo que la Iglesia Católica creía, ya que lo que yo sabía creciendo en México, no era mucho, y muchos católicos que conocí, realmente no practicaban su fe. También comencé a ver programas de conversiones al Catolicismo en EWTN Journey Home («El Regreso a Casa), y Catholic Answers (Respuestas Catolicas). Esto también me ayudó mucho a comprender, y me di cuenta que yo no era el único «loquito» que estaba considerando el Catolicismo, sino que Cristianos (pastores, teólogos, laicos) de todas las denominaciones también habían pasado por lo mismo que yo y se habían hecho Católicos. Haz click aqui: https://youtu.be/shH74GBYPwk
Me tomó como dos años y medio para darme cuenta que no podía ignorar ya más la realidad de que Jesús fundo una sola Iglesia, y no muchas Iglesias. No fue nada fácil, hasta tome la decisión de ir al Seminario Teológico Bautista del Sur (Louisville, Kentucky) para reafirmar mi teología Bautista y tratar de frenar mi conversión al Catolicismo, pero de nada sirvió, ya que me di cuenta que las cosas que ahí decían sobre la Iglesia Católica no eran exactamente como ellos las decían, y casi cada doctrina que veíamos requería una comparación y negación de lo que la Iglesia Católica enseñaba, y me daba cuenta de que se tenían muchos malos entendidos sobre el Catolicismo.
También me di cuenta que mis profesores aunque eran muy buenas personas y excelentes cristianos, estaban divididos en muchas cosas, y cuando les hacía preguntas profundas sobre los temas que separaban al Protestantismo del Catolicismo, no tenían respuestas muy claras. Poco a poco fui descubriendo que la Iglesia Católica estaba en lo correcto cuando se trataba de las doctrinas de la Fe Cristiana y de la moral cristiana.
A principios del 2017 regrese a la Iglesia Católica después de casi 20 años como Bautista, permanezco agradecido con mis hermanos y hermanas bautistas por todo lo que me enseñaron sobre la Biblia y sobre Jesús, y al mismo tiempo ha sido muy especial descubrir la Fe Católica y darme cuenta de lo hermosa que es cuando se vive y cuando se entra en contacto con sus casi 2000 años de tradición cristiana, y con las vidas de tantos hombres y mujeres santos a través de 20 siglos, tales como san Policarpo, santa Felicitas, san Agustín, san Atanasio, Santo Tomas de Aquino, San Francisco de Asís, santa Clara, santa Teresa de Ávila, etc. En fin, esta fue mi historia de conversión (o regreso) al Catolicismo de manera muy breve, espero te ayude en algo, y si tienes preguntas, siéntete con libertad de preguntar ya que el propósito de esta página es enseñar la Fe de la Iglesia fundada por Jesucristo mismo, la Iglesia Católica. ¡Dios te bendiga!