Todas las personas que se mencionan en el Génesis son descendientes de Adán y Eva sin excepción (incluyendo a la esposa de Caín). Adán y Eva fueron creados adultos y listos para cumplir el mandato divino de reproducirse y poblar la tierra (Génesis 1: 28). Adán vivio muchos siglos y tuvo muchos hijos e hijas, y se casaban entre ellos (en esas circunstancias era permisible y necesario). La Escritura no nos dice que Caín y Abel fueron los primeros descendientes de Adán y Eva. Cuando Caín mata a Abel, Adán y Eva ya tenían muchos años cumpliendo el mandato divino de poblar la tierra. Adán, Eva, Caín, Abel, etc. fueron personas reales de carne y hueso. Los santos del Antiguo Testamento, Jesucristo, los Apóstoles, los padres de la Iglesia, los místicos, los doctores de la Iglesia y el Magisterio se refieren a ellos como personas reales. De hecho Adán y Eva son considerados santos y la Iglesia enseña que Adán y Eva gozan de la «visión beatifica» (están en el cielo). En el Génesis como en el resto de la Sagrada Escritura hay mucha enseñanza espiritual y algunos pasajes utilizan tipología e imágenes, pero ello no significa que los personajes del Génesis y los del resto de la Sagrada Escritura no hayan sido personas de carne y hueso. Sin mencionar que las genealogías de la Biblia incluyendo la genealogía de nuestro Señor Jesucristo incluyen a Adán, Eva, Set, etc.